miércoles, 27 de abril de 2011

La Coronación


Una de estas personas coronará la cima del poder político en Buñol, uno de ellos será el próximo Alcalde de nuestro pueblo. Ya veremos cómo- las próximos comicios son probablemente los más inciertos de la historia de la democracia- pero sin duda uno u otro tendrá que liderar la gestión del Ayuntamiento, será el máximo representante de nuestra población en su actividad interior y el cordón umbilical que nos conectará con las demás instituciones: la Comunidad Europea, el Gobierno Central, el Gobierno de la Comunidad Valenciana, la Diputación, la Mancomunidad...
Una de estas personas decidirá hacia dónde va  a ir nuestro pueblo durante los próximos cuatro años y seguramente algún tiempo más aunque sea un tanto imprevisible, algunas de sus decisiones se quedarán grabadas en la historia, tanto para bien como para mal. Sin duda es una gran responsabilidad, a mi desde luego me daría vértigo. Por este motivo quiero expresar públicamente mi profundo respeto hacia los candidatos de cada uno de los partidos, independientemente de mi mayor o menor empatía con cada uno de ellos o con los partidos que representan.
Dicho esto me vienen unas preguntas a la cabeza: ¿Somos realmente conscientes cuando depositamos la papeleta en la urna de todo lo dicho anteriormente, de todo lo que implica elegir  a quién damos el poder para manejar nuestro presente y futuro como sociedad? ¿Conocemos antes de votar los programas y las intenciones de futuro de cada una de las candidaturas? ¿Son convincentes estos programas, sabemos qué diferencias tienen claramente entre unos programas y otros? ¿Exigimos un debate de los contenidos de los programas o simplemente votamos por simpatía, valoración profesional o personal, pragmatismo, tradición, amistad o empatía? ¿Por qué nunca se consigue en las campañas, ni en los medios de comunicación, un estudio comparativo de los programas electorales? ¿Nos importa y por lo tanto les importa más a nuestros políticos la forma y las figuras personales que el contenido?
Sería bueno que nuestros líderes y candidatos convirtieran la campaña electoral en un debate de proyectos para el desarrollo social, cultural y económico de Buñol, ganarían muchos enteros si en vez de dedicarse a sacar los trapos sucios a la calle de cada partido o persona, se propusieran consensuar un debate profundo sobre la situación actual de nuestro municipio, sin perder de vista el contexto nacional e internacional, y sobre todo qué van a hacer para solucionar los problemas que tenemos en la actualidad(desempleo, falta de participación ciudadana en el Ayuntamiento, cierres de comerciantes, autónomos y empresas, decepción, pesimismo...) y qué quieren que sea Buñol en el futuro y que acciones van a proponer para conseguirlo.
No he leído ni escuchado a ninguno de nuestros líderes potenciales cómo van a organizar para el trabajo diario el Ayuntamiento. Cuántas concejalías, su composición, sus objetivos concretos, qué áreas son las prioritarias y sobre todo con quién cuentan y cómo van a hacerlo. Pero todavía hay una pregunta fundamental y puramente política: ¿Qué quieren que sea Buñol, en qué quieren convertirlo? Cabe aquí otra apreciación, ya que la mayoría han sido o  son concejales en este momento, con qué dificultades reales se han encontrado para no realizar lo que ahora proponen y algo sanísimo, en qué se han equivocado -a todos nos ocurre- y qué han aprendido de sus errores individuales o como parte del grupo al que pertenecen. Uno no oye ni una sola cosa que se haya hecho mal o simplemente algo tan natural como fracasar. Supongo que tendemos a pensar que el fracaso es un pecado mortal, una desvergüenza, algo reprochable, cuando en realidad es la manera más probable de aprender.
Invito a nuestros candidatos a un debate de ideas y proyectos, a sentarse públicamente y debatir sosegadamente entre las diversas versiones y opiniones. Expresar con detalle los ejes que defienden en sus programas, explicar por qué piensan que lo pueden hacer mejor que sus contrincantes. En definitiva, un sincero debate político que llene de contenido la campaña para que el votante pueda elegir con criterio y claridad.
Gobernar un pueblo es una gran responsabilidad, nuestros líderes políticos tienen la obligación de consensuar una código ético, eliminar de sus argumentarios la demagogia, el insulto, los bulos, los odios y rencores. No digo que todos lo hagan pero sí que no los reprueban cuando provienen de sus filas.
Creo que es profundamente decepcionante para la mayoría que los argumentos que se están utilizando unos en contra de otros sean de una superficialidad y una banalidad que convierten a la política en una muestra casi exclusiva de los prejuicios y de las miserias humanas.
Busco una definición que nos ayude a comprender mejor:
"La política, del griego πολιτικος (pronunciación figurada: politikós, «ciudadano», «civil», «relativo al ordenamiento de la ciudad»), es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad."
"Aunque no te ocupes de la política, ella se ocupará de ti(Yves Montand)"
"Creo que en la política ya sé diferenciar entre los pecados de los hombres y la limpieza de las ideas(Adolfo Marsillach)"
Ocupémonos de la limpieza de las ideas.

miércoles, 13 de abril de 2011

De todos y para todos


"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos... No sabe que el coste de la vida, el precio de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."
Bertolt Brecht


Si les parece bien seguimos...
La participación ciudadana es fundamental en el sistema democrático y en todas las instituciones y especialmente necesaria en los Ayuntamientos, el partido o los partidos que no consigan o pretendan estructurar un consistorio que se llene de personas que impregnen de imaginación, creatividad, vitalidad, pluralidad e ilusión cada una de las concejalías y sus áreas de trabajo con la fuerza del trabajo cooperativo, se darán de bruces con otro ciclo de más de lo mismo.
Hace muchos años que la sociedad de Buñol se ha ido desvertebrando, se ha ido instalando en la institución local la política en su peor acepción, desde la tercera legislatura hasta hoy nuestros políticos solo se han puesto de acuerdo en una cosa, te doy si tu me das, el poder ha sido el fin, subordinando el consenso y el sentido común a la crispación, quizá por imitación política a nivel nacional, consiguiendo que el tiempo y las energías se pierdan en disputas personales y torpes en vez de en el análisis y la acción política coordinada. Las rencillas personales han ocupado el espacio del diálogo y de las ideas, el llegar al poder y gobernar de cualquier manera han borrado las hojas de ruta que hacen de un viaje un destino relativamente exitoso.
A día de hoy en la época tan desastrosa que nos está tocando vivir todavía hay algunos de nuestros representantes que no pactarían con otros de entrada, sin ni siquiera dialogar, como mínimo me parece irresponsable, porque diecisiete personas después de su horario laboral y unas cuentos acólitos políticos más no pueden hacer bien el trabajo que necesita nuestro municipio. Dejaremos la lista de necesidades de nuestro municipio para próximas entregas.
El aunar esfuerzos es el único camino para cambiar hasta el crecimiento, debemos pedirles que se reinventen con nuevos proyectos que consigan calar en la calle, debemos pedirles que nos demuestren a los votantes que la política vale la pena. Debemos pedirles que dejen las cuadrillicas de Pascua y se abran a nuevas ideas y personas que enriquezcan y revaloricen la política.

Se tiene que volver a recuperar el profundo respeto por el contrincante político, son precisamente las elecciones las que dan el mando a uno o a otros y si no lo dan claramente es obvio que la voz del pueblo grita consenso y pluralidad. Dejen su energía en la campaña electoral y después póngase de acuerdo y trabajen por su pueblo o ciudad, hay que debatir y discutir pero de forma constructiva. La generosidad es el valor esencial. En política, como en la vida, hay que ser generoso porque cuando das recibes siempre, es verdad que a veces te dan una hostia, esa sería la excepción.
Hay que decirles a nuestros líderes políticos que necesitan ayuda y que tienen derecho a pediría, que hay mucha más gente de la que piensan que sin cargo alguno y desde el anonimato estaría dispuesto a aportar los pocos o muchos conocimientos de los que disponen, pero para eso los políticos tienen que sincerarse ante sus debilidades y esos ciudadanos sentir la profunda consideración de aquellos que saben que todos necesitamos a los demás para vivir en sociedad, sobre todo en una sociedad en la que el respeto a la diversidad se convierta junto a unas estructuras participativas en el eje de la filosofía política.
No es tan difícil comprender que cuantas más personas implicadas hayan en cualquier proyecto la progresión hacia el acierto es geométrica. Se multiplica y multiplica... Cien ojos ven más que treinta y cuatro.

Para que todo esto ocurra se necesita convicción, creer de verdad en el trabajo cooperativo, tanto en los partidos como en el Ayuntamiento, pero sobre todo es prioritario que los partidos presenten un programa de gobierno que insista en un cambio en la organización del consistorio, una nueva forma de hacer política entre todos y deje de ser una lista predecible de obras, edificios, calles, proyectos culturales, fiestas requeterrepetidas, parques y zonas verdes desiertas y sucias, noches de hastío y huida, bares y restaurantes vacíos excepto el sábado por la noche... Y todo porque olvidamos lo más importante: Llenar de ganas los edificios, parques, calles, instituciones, fiestas, teatros, recitales, mercadillos... Y las ganas solo pueden venir de las personas, nosotros somos los que podemos cambiar y llenar de vida, solo nosotros, todos nosotros.
Esto, creo yo, tienen que aprender a impulsarlo y a organizarlo nuestros políticos.




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viernes, 1 de abril de 2011

Introducción


Me permito sin permiso, si la memoria no me falla, de mi querido y distanciado amigo J.P.F, pues si no me equivoco fue él quien creó el logotipo y el eslogan del nombre que encabeza lo que va ser esta sección hasta las próximas elecciones municipales del veintidós de Mayo. Pido perdón a los pueblos de nuestra comarca por centrarme en Buñol y en especial a los lectores por mi desconocimiento personal sobre cualquier dato preciso que tenga que ver con las políticas municipales. Mi pretensión no es otra que la de invitarles a la reflexión desde mi forma de ver las cosas, una opinión de un individuo-como otra cualquiera-cuyos motivos van desde la pura vanidad hasta el profundo amor que siento por esta tierra que me dio casi todo lo que siento y pienso, tanto lo acertado como lo contrario.
Pretendo transmitirles con estas palabras y en próximos artículos mi personal visión de la historia política de Buñol desde las primeras elecciones hasta hoy, quizá muy simplificada por falta de tiempo, espacio y posiblemente ganas, la versión ampliada daría para un libro seguramente. Quizá soy demasiado atrevido... pero qué más da. Trataré de ser lo más sincero posible sin perder de vista el miedo que impone crearse enemigos simplemente por el hecho de discrepar o tener una visión diferente de la realidad, ya sabemos como se las gastan algunos de nuestros políticos y conciudadanos con las personas que se han atrevido a opinar de forma contraria o diferente a la suya. Desde dimes y diretes, insultos y amenazas hasta en algún caso extremo de violencia verbal sin querer irme más lejos. Conozco hasta amistades rotas y demás barbaridades que nunca querré entender. La política no sirve para esto, la política en democracia sirve para todo lo contrario, su resultado debería ser el mejor para entendernos y ponernos de acuerdo en nuestra dimensión social, sencillamente porque las urnas son las que entregan el mando y punto, nos guste o no.
Sirva la historia reciente para que entendamos. En las primeras elecciones democráticas, después de la dictadura franquista, ganó las elecciones el PCE, tras ellos el PSOE , después la UCD y ARDE. En aquella época todo era nuevo, no había experiencia política salvo en la clandestinidad y el partido ganador supo estar a la altura de las circunstancias, en primer lugar pactó un gobierno de izquierdas con el PSOE digno de una coherencia política que ya nos gustaría hoy, en segundo lugar ofreció competencias a todos los concejales, sin mirar el signo, y ellos las aceptaron consiguiendo así que todos los elegidos pudieran trabajar por Buñol en las distintas áreas de esta joven e incipiente institución. Y la tercera, y no por ello menos importante, vertebró un sistema de participación política y ciudadana componiendo la mayoría de concejalías con, al menos, una persona de cada partido más personas independientes con interés de participar. Personas mayores con experiencia, jóvenes con ganas de aprender, personas con inquietudes y un largo etc formaron parte de todo aquello. Había ilusión por cambiar las cosas y se olía en el ambiente. Había ilusión y participación en el Ayuntamiento y eso se transmitía en la calle. El ambiente era diverso y emocionante e incluso la institución se encontró con una cierta oposición cultural y musical, eran los primeros grupos anti- sistema, fueron también ellos una gran valor dinamizador en la sociedad de la época. Se recuperó también la revista de información municipal Voces de Buñol consiguiendo un medio de comunicación para transmitir las ideas y todo lo acontecido en el municipio. Pero fueron más las revistas, fascines y demás publicaciones que surgieron de una manera espontánea e independiente entre grupos más alternativos. La riqueza humana en la sociedad del momento les aseguro que llegaba a ser profundamente gratificante. Entonces la oposición se hacía con la música, con la pintura, con discoforums, con fiestas, con revistas, con panfletos llenos de humor y sátira, en definitiva, con inteligencia. Hasta los partidos tenían sus propias revistas, comunicados y las asambleas se llenaban de gente. Buñol entonces no solo estaba en primera línea por su economía sino por su nivel político, cultural, musical, festivo, organizativo y sobre todo por su dinamismo social y humano. Todos los partidos tenían un compromiso mayor que el puramente electoral, gracias a todos se pudo conseguir que aquello ocurriera.
No vayan a pensar que soy de los que piensa como Jorge Manrique que todo tiempo pasado fue mejor, objetivamente lo digo pero tratando de no idealizar, también entonces las miserias humanas aparecían y no pocos conflictos tuvieron que ser superados.
¿Qué ha pasado, qué hemos hecho ó no hemos hecho para que la mayoría de estas cosas hayan desaparecido?
Intentaré responder a esta y otras preguntas en próximas entregas, mientras espero que ustedes comprenda la esencial importancia de una sociedad bien vertebrada y el valor que tiene la participación ciudadana, la ilusión y el absoluto compromiso con las personas. Las enfermedades sociales son producto de una mala gestión política, de ahí que no se deba dejar en manos exclusivamente de los gobernantes.